lunes, 15 de febrero de 2010

La importancia de los ferrocarriles

La idea original de un ferrocarril de Langreo a Gijón se remonta a 1843, cuando una comisión es nombrada para "examinar el desarrollo de la minería de carbón y el transporte del mineral hasta alguno de los puertos de la costa asturiana". Una de las conclusiones de esta comisión fue que tal empresa solo sería rentable si se utilizaba el ferrocarril. El 12 de abril de 1842 se había inaugurado la carretera carbonera, que desde el puente de Turiellos en Sama llegaba al puerto de mar en Gijón.


El primer proyecto fue redactado por el técnico inglés Charles Green, quien también había trazado los planos del proyecto del Ferrocarril de Castilla a Asturias para los hermanos Manby.

La Compañía del Ferrocarril de Langreo se fundó en 1846, con capital mayoritariamente asturiano y domicilio social en Madrid. Sus estatutos fueron aprobados por el Tribunal de Comercio el 11 de julio, bajo la forma de compañía anónima, siendo su capital social de 40 millones de reales de vellón, divididos en 20.000 acciones.


En 1847 obtuvo la concesión de la línea Gijón-Langreo y comenzaron los trabajos, bajo la dirección del ingeniero español José Elduayen Gorriti, incorporado a la compañía el 13 de febrero. Previamente, como ingeniero de caminos del distrito de Asturias, Elduayen había concluido, en el verano de 1846, el "estudio del trazado y condiciones que debería seguir la futura línea férrea".

La línea se construyó con un ancho de 5 pies y 2 pulgadas castellanas, lo que equivale a un ancho, aproximado, de 1 435 mm, que se corresponde con el ancho internacional.


El primer tramo de la línea, Gijón-Pinzales, fue inaugurado el 25 de agosto de 1852 por la reina madre María Cristina de Borbón. Como anécdota, la reina madre preguntó, con ironía, inclinándose sobre las vías "si los raíles eran de plata", debido al coste de las obras.

Posteriormente fueron puestos en funcionamiento los tramos Pinzales-Boca norte del túnel de Carbayín (7 de mayo de 1853) y Boca norte del túnel de Carbayín-Vega (1 de octubre de 1854). Finalmente el 12 de julio de 1856 entraba en la estación de Sama de Langreo la locomotora "Villa de Gijón" remolcando un convoy mixto, de mercancías y pasajeros. Posteriormente la línea se amplió hasta Laviana y se construyeron diversos ramales, uno de ellos hasta el puerto de Gijón.


El trazado original de la línea incluía dos obras de especial importancia: El túnel del Conixu y el plano inclinado de San Pedro.

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