domingo, 7 de marzo de 2010

Italia


Durante la Edad del Hierro se sucedieron varias culturas que pueden ser diferenciadas en tres grandes núcleos geográficos, la del Lacio Antiguo, la de Magna Grecia y la de Etruria. Una de estas culturas, los ligures, fueron un enigmático pueblo que habitaba el norte de Italia, Suiza y el sur de Francia.
Otro pueblo, los etruscos, poseían su núcleo histórico en la Toscana, y tuvieron un origen incierto. Desde la Toscana se extendieron por el sur hacia el Lacio y parte septentrional de la Campania, en donde chocaron con las colonias griegas; hacia el norte de la península itálica ocuparon la zona alrededor del valle del río Po, en la actual región de Lombardía. Hacia el siglo V a. C. comenzó a deteriorarse fuertemente su poderío, en gran medida, al tener que afrontar casi al mismo tiempo las invasiones de los celtas y los ataques de griegos y cartagineses. Hacia 40 a. C., Etruria (nombre del país de los etruscos) fue conquistada por los romanos y, antes o después, lo fueron el resto de pueblos periféricos.

Antigua Roma designa a una comunidad agricultural fundada alrededor del siglo VIII a. C. que se expandió desde la ciudad de Roma y creció durante siglos hasta convertirse en un imperio, que en su época de apogeo, llegó a abarcar desde Gran Bretaña al desierto del Sahara y desde la Península Ibérica al Éufrates, provocando un importante florecimiento cultural en cada lugar en el que gobernó. En un principio, tras su fundación (según la tradición en 753 a. C.) Roma fue una monarquía etrusca. Más tarde (509 a. C.) fue una república romana latina, y en 27 a. C. se convirtió en un imperio.

Al período de mayor esplendor se le conoce como Paz romana, debido al relativo estado de armonía que prevaleció en las regiones que estaban bajo el dominio romano. César Augusto cerró las puertas del templo de Jano, que permanecían abiertas en periodos de guerra, cuando creyó haber vencido a cántabros y astures en el año 24 a. C. Se suele aceptar como fecha de inicio de la paz romana el 29 a. C., cuando Augusto declara el fin de las guerras civiles, y su duración hasta la muerte de Marco Aurelio (año 180).

Con el emperador Diocleciano se reorganizó el Imperio, pero tras Constantino I el Grande no volvió a estar unificado puesto que Teodosio I el Grande lo dividió entre sus dos hijos, Arcadio y Flavio Honorio, adjudicándoles a uno el Imperio bizantino —con sede en Constantinopla— y al otro el Imperio romano de Occidente. Las invasiones bárbaras pondrán fin al Imperio Occidental en 476, dando paso a la Edad Media.

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